No hay boda sin novios y testigos, ni banquete que se precie sin su jamón. Así somos en España. Al menos de un tiempo a esta parte. Concretamente desde que nos hemos ido volviendo exigentes, hemos afinado nuestro hocico y queremos lo mejor, sobre todo cuando se trata de juntarnos con aquellos a quienes apreciamos como sucede en los enlaces matrimoniales.
Porque no nos llevemos a engaños. El queso está muy bueno, el steak tartar también, las gambas en gabardina también y las croquetas ni te digo -sobre todo las que llevan jamón- pero nada nos pirra más que un cortador sacando lonchas de un buen jamón de Huelva hasta dejarlo en el hueso mientras departimos con un vinito en la mano haciendo tiempo a que lleguen los novios.
Eso es, al menos, lo que revelan distintas encuestas publicadas recientemente sobre qué es lo que más valoran los invitados a las bodas en el terreno gastronómico indicando que, por encima del plato principal y la tarta, son los entrantes que se sirven durante la previa a la llegada de las novios y en los que de verdad se puede empezar a disfrutar de la presencia del resto de invitados tras la ceremonia, lo que más se disfruta.
Y dentro de ese momento de disfrute, cervecita, vino y charlas distendidas es donde aparece el jamón -a ser posible ibérico- como la tapa más valorada por los invitados de boda patrios en 2019 tras una ajetreada temporada nupcial que empieza a disiparse en la que el jamón se ha acabado convirtiendo en la gran estrella de los banquetes de boda.
El jamón en el convite nupcial
Los motivos que estos alegan no son pocos ni poco relevantes: por un lado lo achacan, cómo no, al excelente sabor que ofrece y al perfecto maridaje que aporta tanto a una caña como a un vino tinto. Por otro lado alegan el recuerdo de disfrutar de jamón en varios de los momentos de más disfrute como lo son las comidas de amigos, las cenas de Navidad o las noches de tapas.
Y es que excusas para disfrutar de un buen jamón recién cortado hay millones. Sin embargo, ninguna para no colocar a un cortador, un jamonero y un jamón a la altura del evento en tu boda o en la de algún familiar cercano que haya decidido poner en nuestras manos los detalles para hacer que el día más importante de sus vidas sea un día de máximo disfrute hedonista y de felicidad.
Porque las bodas, además de hacer público el amor y comprometerse legal y/o religiosamente con alguien, sirven para eso. Para reunir a todos aquellos a los que quieres, decirles lo importante que son en tu vida, que deseas que lo sigan siendo y disfrutar con ellos de un día inolvidable ya no solo para ti y tu pareja como novios, sino para todos aquellos que han sido invitados al evento de tu vida. Evento al que, queda claro, no puede faltar bajo ningún concepto un buen jamón recién cortado.