La búsqueda del vestido perfecto es quizá el aspecto que más importa a una novia, ya que es consciente de que atraerá las miradas de todos los invitados. Son muchos los modelos que vemos en revistas y páginas webs y que deseamos lucir ese día pero a la hora de la verdad, cuando llega el temible momento de probarnos vestidos, nos damos cuenta de que no a todas las mujeres les sientan bien todos los estilos de trajes de novia.
Hoy hablaremos de uno que es el más acertado para las novias que no lucen un cuerpo perfecto, sino que tienen algún kilito de más o para aquellas que tienen las caderas anchas y que, por supuesto, quieren disimular. Se trata del corte imperio. Por si no recuerdas ahora cómo es, te lo describimos: se ciñe al pecho y justo debajo de él la tela de cae hasta el suelo.
Este corte hace que el aspecto de la novia sea romántico, sencillo y natural. La simplicidad del diseño, unido con la vaporosidad de la tela, proyectan un estilo refinado y sereno. Dan a la novia mucha clase y elegancia.
Una gran ventaja del corte imperio es que al no ceñirse en su parte baja al cuerpo, proporciona libertad de movimientos, algo que es de agradecer en un día de tanto ajetreo y en el que continuamente estarás en movimiento, ya sea bailando o yendo de mesa en mesa a saludar a los invitados. La parte superior del vestido es la que más alternativas tiene para elegir un diseño u otro o la forma de los tirantes y es donde se pude jugar a escoger el escote y pedrería, brillos, plumas, etc. que deseamos lleve el vestido.
Si tu boda es temática y con referencias a la Antigua Grecia o de estilo ibicenco, entonces sin duda deberás elegir este corte para tu vestido nupcial. Si estás embarazada el día de tu boda, también es la opción perfecta, pues realzará tu estado de buena esperanza y te sentirás cómoda con el vestido.
El peinado que aconsejamos para estos vestidos, aunque admite cualquiera, es un recogido sencillo, en armonía con el resto del look y con algún adorno en el cabello, como una doble diadema.